Curioso no?, hoy les hablaré de esta preciada sopa y sus nidos de golondrina. Las personas que se lo puedan permitir pagan hasta 500 € por saborear 100 gramos de un nido de la mejor calidad.
Muchos ciudadanos chinos, indonesios y tailandeses están dispuestos a arriesgar su vida para subir a grandes alturas con el único objetivo de coger estos nidos de una subespecie de salangana, la Collocalia fuciphaga, que fabrica un nido gelatinoso y comestible valiéndose únicamente de plumones y de saliva. Los nidos de golondrina son en su mayoría de albumina predigerida. Los nidos claros tienen una calidad excelente, aunque los más buscados son los de color rojo pálido.
En época de cría, no se debe molestar a estos pájaros, ya que, en caso contrario, no volverían a anidar en el mismo lugar. Por esta razón, sólo cuando las crías pueden volar y abandonan el nido, se recoge este ingrediente tan apreciado para elaborar sopas.
Antes de su cocción, los nidos se ponen en remojo en agua fría durante una noche. Al ablandarse, aumentan su tamaño, y se vuelve gelatinoso. Es necesario cambiar el agua de remojo varias veces, limpiar las ramitas con esmero y eliminar las diminutas plumas con ayuda de una pinza. Una vez limpio, el nido se cuece al vapor para obtener una sopa exquisita, según dicen, con un sabor similar a la carne de pollo o de cerdo picada, el nido por lo que se ve, además de aportar un sabor agradable a la sopa es utilizado especialmente por la textura que tiene. Sí, lo sé, suena increíble todo esto…. ¡Jamás pensé que un nido de pájaro podría ser comestible! y encima que fuera tan valorado.
También puede cocerse al vapor con azúcar cande y servirlo como un postre. Además leí que los nidos se cuecen 3 veces al vapor antes, para dejarlos limpios. En algunos lugares (yo no los he visto) venden nidos de golondrina empaquetados y los exportan a muchos países...
Por último les cuento, que esta sopa está considerada como un buen revitalizante y todo aquel que se lo puede permitir la toma una vez a la semana. Y le otorgan poderes afrodisiacos.
Pues qué quieres que te diga, a mí me gusta comer, pero no me cargo un nido para satisfacer mis excentricidades. Es como lo de la aleta de tiburón: hay que estar mal de la azotea para coger un tiburón, cortarle la aleta y tirarlo al mar. Qué va a hacer el pobre tiburón!!!! Nadar en círculos?.
Los seres humanos a menudo me revuelven las tripas.
Uyyyyyyyyy, quizás te he chafado tu entrada, Paulina, pero es mi manera de pensar.
Un besote guapetona